jueves, 18 de marzo de 2010

Digamos que no al impuesto justo de Mauricio

Una nueva pelea política se desató en la legislatura porteña por el plan de ajuste de impuestos que intenta aplicar el jefe de gobierno de la ciudad, Mauricio Macri, en un “nuevo intento recaudatorio”, según acusan desde la oposición.

El ajuste o “impuestazo” que propone el macrismo en realidad es la implementación de un ajuste automático del precio de la propiedad según el valor de referencia inmobiliario (valor real del inmueble) en lugar de utilizar la valuación fiscal de la misma para el cálculo del impuesto. Lógicamente esta modificación arrastrará una suba en el monto a pagar del tributo, ya que el valor fiscal de las propiedades (el que figura en el ABL) es excesivamente inferior al precio real.

La intención es igualar lo que se realiza con las patentes de los automotores desde 2004: el valor del vehículo se recalcula cada año según el precio de mercado y con eso se deduce cuando debe pagar el propietario.

Suena lógico y equitativo que si un ciudadano tiene un inmueble que puede vender a 100.000 pesos, pague un impuesto acorde (o sea 1.000 pesos anuales) en lugar de pagar un impuesto por un inmueble tasado en 35.000 pesos. No tiene lógica que se pague lo mismo por una propiedad de 100.000 que por un vehículo de 35.000.

Pero en la política argentina no hay lógica aplicable, simplemente el que es de la oposición vota negativamente y el que está alineado con el gobierno elije a favor, pero nunca se analizan las propuestas.

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